La Asociación de Bomberos Voluntarios de Rawson es producto de un momento especial de la historia de la ciudad capital. Para su concreción se conjugaron las expectativas de quienes impulsaban la creación de un cuerpo voluntario y la predisposición de las autoridades municipales de entonces, que acogieron la propuesta, acompañaron sus primeros pasos y dieron el marco legal indispensable para su crecimiento.
Los comienzos no fueron fáciles en aquel 1971. Se carecía de equipamiento y de móviles. Había una capacitación incipiente. La sede de la nueva asociación circulaba por diferentes lugares de la ciudad. Los sistemas de lucha contra incendios eran precarios.
La escasez de medios y las primeras privaciones no fueron obstáculos, sin embargo, para avanzar. A aquellos originarios integrantes del cuerpo activo los animaba un valor fundamental y una voluntad irrenunciable. El principio de la solidaridad fue la bandera. El pensamiento por las necesidades de los demás, por el sufrimiento de quienes se ven sometidos a inesperadas experiencias de dolor, llevó a aquellos hombres, con una fuerza diferente e intensa, a no claudicar y a sostener la naciente institución.

Esfuerzo inicial

La vocación fraterna se reflejó de inmediato en el resto de la comunidad que compartió esos sentimientos y se sumó a los esfuerzos para arraigar el funcionamiento de aquellos primeros cuadros que, paulatinamente, avanzaron hasta convertirse en un grupo consolidado y capacitado.
De esa comunidad, que hizo suyos esos valores, surgieron las sucesivas comisiones directivas que a lo largo de estas cuatro décadas sumaron sus esfuerzos para sostener la labor del cuerpo activo y gestionar soluciones a las necesidades técnicas y humanas que se fueron diversificando con el correr de los años.
La primera reunión de vecinos para conformar la Asociación de Bomberos Voluntarios se realizó el 13 de enero de 1973, conformándose una comisión provisoria. El 15 de mayo de ese mismo año se obtiene la personería jurídica y se ratifica a Héctor Mario Martini como primer presidente de la institución.

En el año 1970, luego de un voraz incendio en la Casa de Gobierno (Av. Fontana 50) que solo pudo ser sofocado por la colaboración de los vecinos, el entonces intendente, Reinaldo Damis, en conjunto con autoridades municipales y vecinos, determina la necesidad de crear un cuerpo de bomberos voluntarios.

Un 9 de junio de 1971 a las 18 horas, se reúnen en el edificio municipal el intendente Damis, autoridades municipales y de las fuerzas de seguridad y se toma este encuentro como el comienzo del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Rawson; creado por Ordenanza 411/71 y en dependencia de la Dirección de Seguridad y Servicios Públicos municipales.

Seis días después, el 15 de junio se llama a inscripción de aspirantes a Bomberos Voluntarios. Las 14 personas que se presentan comenzaron con la capacitación el día 26 de junio. Ellas son: Luis Diaz, Armando Arteaga, Fioravanti Copponi, Leopoldo Garro, Oscar Roberto G’offreoy, José Maldonado, Daniel Dalmacio Ortiz, Pedro Peralta, Portman, Neftali Reyes, Carlos Saavedra, José Sarmiento y Bartolo Villagra. Se nombró como primer Jefe del Cuerpo a Luís Roberto Díaz.

Los 14 bomberos comenzaron a funcionar en el edificio de la Usina (Conesa 50). Contaban en ese entonces con un Jeep de Bomberos Willys modelo 43, equipado con una bomba frontal, careciendo de uniformes, botas y cascos. El final de la capacitación fue el 19 de agosto, cuando se realizó la Primera Práctica: El cuerpo de bomberos, con la autobomba de la Base Aeronaval y la ambulancia del hospital, realizó el simulacro de incendio en el terreno que actualmente ocupa el Ministerio de Economía, con la participación de autoridades y público en general.

El día 15 de mayo de 1973 se consigue, por decreto 1209/73, obtener la personería jurídica N°446, iniciando así la Asociación de Bomberos Voluntarios de Rawson.  Quienes integraron la primer Comisión Directiva fueron: Hector Mario Martini (presidente), David Miguel (vicepresidente), Horacio Olguín (secretario), Hector Menendez (prosecretario) y Carlos Drach (tesorero); junto a los vocales Carlos Cardenas, Hugo Da Fonseca, Roberto Aguirre, José Antonio Rzeznik, Amalia de Peralta, Alejo Provoste, Joaquín Padin, Antonio Orador y Sixto Garay. Los revisores fueron Vivian Thomas, Sebastian Olmedo, Hector Mendia y Alejandro Lanoel.